¿Y a quién se la dirás? ¿A quién le confiarás que amaste, odiaste,
tuviste un día el tiempo entre tus brazos? El nombre del pasado no
quiere decir nada si no es para los labios que lo dicen. Buscarás en el
peso del silencio lo que el presente duramente trenza, y para tener algo
entre las manos, no dirás "he vivido", no hablarás esas sílabas que
conmueven tan fugitivamente al aire.
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